domingo, 7 de febrero de 2010

En el centro del mundo

En el centro del mundo



¡Oh, tú, de rostro esplendoroso que sabes

dar a la vida el color de la alegría, vuelve!

Sin las rosas de tus mejillas no habrá

ya primavera.

¿Te asombra que mis ojos derramen lágrimas?

Vivir sin ti ya no es vivir.

No le temo al mar de la muerte

en que todo se acaba. La rosa de tu boca

es el centro del mundo.

En los momentos breves en que es posible

la felicidad del amor, comprende bien

la lección del corazón ya que la de la vida

seguirá siendo oscura.

Ayer no hubo para mi ni una sola mirada.

Como ese ayer pasó mi bienamada, con la

mirada ausente

y muy lejos de mí.

¡Habla, Shejim! En el libro del mundo

esto que hoy escribes vencerá al olvido.

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